domingo, 24 de junio de 2007

INDICADORES Y FUENTES DE VERIFICACIÓN

En el proceso de ejecución de un proyecto de características sociales, la evaluación constituye una técnica útil de gran relevancia, sobre todo, cuando ha existido previamente a su ejecución; un análisis y evaluación del problema que se pretende solucionar, y se ha escogido una estrategia de acción, formulando ciertos objetivos y metas concretas, identificando los medios para conseguirlo; basándose en la organización de la ejecución, y emprendiendo las acciones previstas. Sin embargo, en algún momento es necesario analizar cómo se está llevando a cabo el proyecto en su fase de ejecución; es decir, verificar hasta que punto se están alcanzando los objetivos y metas con la calidad deseada en correspondencia con la fase en que se encuentra el avance del proyecto.

La evaluación permitirá precisar los puntos débiles que exponen al peligro el logro final de los objetivos facilitando la orientación necesaria para formular medidas de corrección que representan el punto de apoyo para introducirlas en la marcha del proyecto, asegurando el éxito final; existiendo un proceso de comparación entre lo que se ha alcanzado mediante la ejecución de las acciones hasta el momento ejecutadas con respecto al alcance estimado de acuerdo a la programación previa, con el objeto de detectar fallas y corregir el rumbo para orientarlo hacia el comportamiento deseado, De está forma se precisa el grado de éxito o fracaso de una acción emprendida y por consiguiente una meta determinada.

En resumen se pueden mencionar algunos indicadores implícitos en el proceso:
La existencia de objetivos previamente definidos mediante la planeación del proyecto.
La organización y secuencialidad de las actividades y tareas del proyecto para alcanzar los objetivos y metas que él mismo define.
La medición que se puede establecer entre una situación real en un momento determinado y la que se ha configurado de acuerdo a la programación previa.
La capacidad que pueda tener el proyecto para resolver algún riesgo que se presente durante la ejecución de las tareas y las medidas tomadas en el aspecto económico y técnico.
La adecuada distribución de las responsabilidades entre las personas que actúan en las distintas actividades del proyecto.
El logro de la interrelación de cada una de las partes del proceso administrativo de manera que funcionen sin fracciones, orientando los esfuerzos hacia los objetivos esperados.
El índice de productividad del proyecto o sea, la relación que pueda existir entre la inversión requerida y el desarrollo de la producción, la generación de empleo y la transformación de los recursos naturales del entorno, para el impulso del desarrollo regional.
La calidad del producto final, reflejo de mucha perspicacia, creatividad y la organización, como recompensa a todo lo gestionado para hacerlo posible.

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